HABLILLAS Por: José Ángel Parra.
Al sacudir la memoria redescubro, entre tanta polvareda, lo complicado que era poderle explicar a un niño las razones por las cuales el equipo recién ascendido a la Primera División del futbol nacional no podría competir en dicha Liga cuando para eso había trabajado durante todo el año. Recuerdo cuando, por ejemplo, los Atletas Campesinos o los Reboceros de La Piedad consumaron sus respectivos ascensos y más tarde que enseguida cedieron la franquicia al mejor postor.
El caso es que más allá del ascenso-descenso y la sana competencia que en el pasado sembraba entre jugadores, entrenadores y clubes, la realidad es que por angas o mangas casi nunca se cumplía el romanticismo balompédico de catapultar desde las divisiones inferiores al amado equipo de la localidad hasta verlo triunfante en el máximo circuito.
De antaño nuestros abuelos nos contaban historias de clubes de abolengo, muy queridos por la muchedumbre y que, sin embargo, irremediablemente descendían o desaparecían por distintas razones.
En León existía un conjunto bien amado conocido como la Unión de Curtidores, el cual jugaba en el estadio La Martinica. Fortaleza caliente y entusiasta que sabía hinchar por su oncena. Ni se diga cuando nos acordamos de los Cachorros del Atlético Potosino, arraigados en el vetusto Plan de San Luis, o los Cañeros del Zacatepec, que solían hacer sufrir a sus víctimas en el viejo Agustín Coruco Díaz. Cuenta la leyenda que Don Nacho Trelles acostumbraba mandar regar al mediodía el crecido césped y a las 3 de la tarde comenzaban los partidos, así como la tortura para los sofocados visitantes. El emblemático Harapos Morales y compañía hacían de las suyas en la Selva morelense.
Por esta plaza pasaron también leyendas como Panchito Hernández y Raúl Cárdenas, mas ahora opera un estadio con el mismo nombre del desaparecido Coruco Díaz, condenado a convertirse en triste Elefante Blanco, como tal vez ocurra en breve tiempo con El Encanto de Mazatlán (antes Kraken). Historias de la patada que se entrelazan en el futbol nuestro de cada día.



