Lo que parecía una inspección de rutina derivó en un hallazgo que estremece a la comunidad y pone bajo lupa las prácticas de ciertos grupos en la región: autoridades aseguraron 14 tigres de bengala y siberianos, abandonados en un inmueble tras una sorpresiva inspección en una zona rural de Culiacán.
La operación se tornó alarmante cuando, al acercarse al predio, elementos policiacos observaron camionetas huyendo a toda velocidad desde un terreno contiguo. Esto levantó sospechas y los llevó a ampliar el cateo a un segundo inmueble, donde descubrieron a los felinos en condiciones peligrosamente precarias.
Los animales, extremadamente agresivos y visiblemente alterados, fueron resguardados por personal de Protección Animal, quienes confirmaron que requerirán tratamiento especializado debido a su comportamiento hostil.
En al menos tres de las áreas donde estaban encerrados los tigres, se localizaron restos óseos que, según reportes preliminares, podrían ser humanos. El hallazgo activó de inmediato un protocolo forense: los huesos fueron recolectados para ser analizados por especialistas del Servicio Médico Forense (SEMEFO), quienes buscarán determinar su origen y, en caso de confirmarse que pertenecen a personas, identificar a las víctimas.
La Fiscalía General del Estado ya investiga si estos felinos eran utilizados como instrumento para deshacerse de cuerpos, una teoría que hasta ahora había sido parte del folclore urbano, pero que podría tener base en una realidad tan oscura como escalofriante.
Este caso abre un nuevo capítulo en las estrategias del crimen organizado, revelando un posible uso de fauna exótica como método de encubrimiento y desaparición.
Las autoridades han prometido esclarecer los hechos a fondo y no descartan más hallazgos conforme avance la investigación.



