Por: José Ángel Parra M.

PATERNIDAD

En cuanto a puntaje, Chivas y Águilas llegan casi codo a codo. Luce como el Clásico Nacional más parejo de los últimos tiempos. Primero, porque el Rebaño ahora ya compite y figura entre los primeros de la clasificación; segundo, gracias a que previo al partido sólo un punto los separa. Después, los altibajos registrados en las fechas recientes también cuentan:

Guadalajara vio rota una racha de siete encuentros sin tropiezo (cuatro de ellos victorias en fila), y América se repuso del factor Óscar Jiménez y llega fortalecido luego de la exitosa presentación de Ángel Malagón frente a Tigres.

Óscar había participado en errores costosos en el empate contra Atlas (2-2) y después en el descalabro ante Pachuca (0-3). Ahora, tras el ajuste, el equipo parece haber recuperado la confianza extraviada bajo los tres postes. Curiosamente los rojiblancos perdieron su afortunado paso debido a una pifia de su portero Miguel Jiménez, quien había contribuido con sus intervenciones a mantener al Chiverío como uno de los conjuntos menos goleados. El hecho es que el once tapatío tendrá que recuperarse, frente al odiado rival, con tal de mantenerse entre los mejores del certamen.

Antes de esta temporada, Guadalajara había batallado. El sufrimiento data desde 2017, cuando obtuvo su último título de Liga MX. Y el dominio azulcrema ha sido parte del viacrucis rojiblanco. Para pronto, los millonetas no han perdido frente a los cornudos en los últimos cuatro enfrentamientos, en los que suman dos éxitos y un par de empates. La última victoria del mexicanísimo ante el Ave corresponde a la Liguilla del Apertura 2020, en la que venció en cuartos de final a los cremas del entonces estratega Miguel Piojo Herrera. De esa batalla recordamos las tres dianas de Cristian Chicote Calderón.

Sin embargo, antes de ese lapsus, Chivas había sido víctima permanente de los cremas. La última vez que había frenado a los capitalinos, en fase regular, fue en febrero de 2017, año en el que abrazó el trofeo de la mano del Pelado Almeyda. En síntesis, parte de la pérdida del espíritu del Clásico ha sido gracias a esa paternidad exhibida por los americanistas, distancia que el Rebaño ahora parece capaz de recortar. Aún así hoy la ropa amarilla brilla más, con mejores ideas en ataque. Claro, hay que aceptarlo, va a ser un buen agarrón.